El viaje de Chihiro

El Viaje de Chihiro

Nacionalidad
Año: 2001
Director y guión: Hayao Miyazaki

"Chihiro es una niña caprichosa y testaruda de diez años que cree que el universo entero debe someterse a sus deseos. Cuando sus padres le dicen que tienen que cambiar de casa se pone furiosa y no hace nada para ocultar sus sentimientos.
Rumbo a su nueva casa, la familia parece equivocarse de camino y de repente se encuentran frente a un edificio rojo con un interminable túnel en el centro. El túnel conduce a un pueblo fantasmal donde les espera un magnífico banquete. Akio y Yugo se lanzan sobre la comida. Chihiro intenta convencer a sus padres de volver y al ver que no consigue nada, se pasea por el pueblo. Pronto la noche se cierne y Chihiro es advertida por otro niño - Haku - de que debe salir del pueblo antes de que se enciendan las luces. Cuando la niña va a buscar a sus padres éstos están transformados en cerdos. Sin querer han entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera, quien le explica el destino de los humanos que se atreven a pisar esas tierras. Afortunadamente Chihiro encuentra a un aliado en Haku. Para postergar su destino y sobrevivir en este extraño mundo debe trabajar. Chihiro debe renunciar a su humanidad, a sus recuerdos e incluso a su nombre para poder salvar a sus padres y a ella misma..."

Esta es de las típicas películas animadas que todo el mundo ha visto y yo, para variar, no. No es justo, ¿por qué de pequeña no iba al cine a ver estas películas? En fin, si El Castillo Ambulante me encantó & apasionó esta ha llegado más lejos...

Chihiro en sí es una niña algo inaguantable y gritona. Y me recuerda a mi de pequeña en algunas cosas, lo que hizo que me encariñara rápido con el personaje. Además, sus reacciones eran tan parecidas a las mías que no puedo más que decir que me encanta este personaje.

Haku era tan misterioso y encantador... la relación Haku-Chihiro eran tan dulce y armoniosa. Por otra parte tenemos a la mala malísima Yubaba, la cual parece tener corazoncito pero que vive por y para conspirar. El grandísimo Sin Cara... era tan mono y aterrador, tan achuchable y escalofriante. Pasabas del amor al odio con él. Kamaji, Lin, Zeniba... todos se quedan con un cachito de tu corazón sin que te des cuenta. Hasta el mismísimo monstruo/dios que aparece al principio y ayuda a Chihiro a llegar a Yubaba.

Los planos completamente diferentes, al más puro estilo asiático, con esas casas, ropas y costumbres que compone la grandísima cultura asiática. Con esos paisajes de la noche, con las lámparas encendidas, contemplando el mar... como verlo con tus propios ojos y no los de Chihiro. Y de eso pasabas a planos de la vida cotidiana con esos tonos pastel... bosques, trenes, túneles...

La banda sonora... qué banda sonora, ponía los pelos de punta y te calmaba cual obra maestra. La canción de los créditos impresionante. Y a cada escena, su toque instrumental te metía en la escena, poniéndote nerviosa, triste, tranquilizada... y al final nostálgica.

El argumento curradísimo. En mi vida había visto argumentos tan originales como los de los estudios ghibli. Es dejar volar la imaginación al máximo, sin saber dónde detenerte ni nada. Magia, animales mitológicos, mundos paralelos... y a cada película algo nuevo que aportar, porque nada está dicho y parecen querer demostrar que tenemos películas de calidad para rato. Una niña acostumbrada a tener el mundo en sus pies que tiene que valerse de sí misma para librarse de un destino fatal y liberar a sus padres. Que irá conociendo personajes a cada cual más curioso y que la influyen de una u otra manera. Conocer el valor de la amistad y del perdón.

Una historia llevada con maestría de principio a fin, con escenas cotidianas, mágicas, de acción, de contemplación... y que hace que no te despegues del sofá en ningún momento, deseoso de saber más de ese mundo nuevo, de la historia de Chihiro...

Y con un final como un principio, no te des la vuelta, no mires atrás... y con una promesa por cumplir. El resto, queda a imaginación de los espectadores. No es que haya sido un final que me encante, pero me he dado por satisfecha.

Vamos, que ya estáis tardando en verla si no lo habéis disfrutado aún. Una obra de arte hecha animación, con sus pros y contras, pero con una victoria aplastante de los pros.

Por último decir que se pasa como un suspiro. Los minutos pasan como segundos. Cuando acabas te quedas con la sensación de ¿ya?

Nota: 9.5